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Rigoberto Sánchez Fuentes,  Profesor. Magíster en Relaciones Internacionales La República se encuentra conmovida. La generación del Bicentenario ha puesto en evidencia las profundas desigualdades... Política y el desafío de la acción opositora

Rigoberto Sánchez Fuentes,  Profesor. Magíster en Relaciones Internacionales

La República se encuentra conmovida. La generación del Bicentenario ha puesto en evidencia las profundas desigualdades acumuladas durante el  ciclo histórico iniciado el 11 de septiembre de 1973. La palabra de Violeta Parra: “Chile limita al centro de la injusticia”, podría sintetizar el diagnóstico que manifiesta la sociedad chilena.

La derrota de la Concertación, los impactos socioeconómicos del terremoto, la incompetencia y corrupción del Gobierno de Piñera, la expansión voraz del capital sobre preciados espacios naturales y el conocimiento de las ingentes ganancias y decididos engaños de los grupos empresariales, generaron las condiciones para que la desigualdad se transformara en concepto de acción política, de movilización ciudadana, de propuesta de cambio. Es la aspiración igualitaria, la fuente cuestionadora de los consensos de la transición, al mismo tiempo, que idealidad promotora de un  nuevo país justo, fraterno y solidario.

La primacía del mercado y del empresariado como sujetos del desarrollo  y la función reguladora y de protección social del Estado, se han demostrado falaces e insuficientes, respectivamente. No bastan las políticas públicas para corregir las inequidades del capital, se necesita situar la política, expresión de la voluntad soberana, como la fuerza rectora, tras cuyos objetivos se deben  subordinar las actividades económicas. Por ello, es imperioso un nuevo pacto constitucional que establezca la primacía de los derechos ciudadanos y de la naturaleza frente a los afanes mercantiles que dominan la constitución impuesta de 1980.

En este contexto, los demócratas debemos trabajar para reivindicar, la política como ejercicio indispensable para la conquista democrática de la igualdad social, la movilización ciudadana como instrumento de participación y protesta,  la generación de nuevas propuestas locales y regionales de desarrollo como ejercicio indispensable frente al proyecto neoliberal, y la acción coordinada de la oposición como requisito indispensable para abordar  cada uno de estos desafíos.

Es indispensable, por tanto, en esta coyuntura, transformar a la oposición  en un actor sociopolítico que dialogue con la ciudadanía, que enfrente a los aparatos reproductores de la desigualdad, y que explique su visión frente a las demandas y problemas ciudadanos.  Debemos  proyectar hacia los nuevos desafíos que plantean los ciudadanos, la tradición de lucha y de construcción social que ha caracterizado la historia  de Tarapacá.

Porque vencimos la dictadura y forjamos la democracia, porque el presente de Iquique tiene en su origen la nuestra impronta,  en esta coyuntura, frente a la derecha, que reiteradamente demuestra su naturaleza autoritaria y excluyente, debemos en los desafíos señalados, entregar lo mejor de lo nosotros, avanzando en  compromiso ciudadano, cooperación política y diseño de futuro.

2 respuestas a “Política y el desafío de la acción opositora”

  1. Claudio Espinosa dice:

    Estimado, sé que probablemente por razones de espacio no logró explayarse sobre los cambios profundos y estructurales que se dieron durante la dictadura.
    Hoy los hijos de esta «nueva democracia», aquellos nacidos en las «bondades del nuevo modelo impuesto», que algunos en su momento llegaron a llamar la «Democracia Tutelada», han venido a entablar la evaluación y el juicio histórico de las mal llamadas «revoluciones silenciosas» como fue la venta de las empresas estratégicas del estado a los privados, la profundización del mercado en la educación, salud y previsión, entre otras…sin querer pecar de pitoniso, me da la impresión que la salud y la previsión seguirán esa misma secuela lógica de exigencias del cambio sobre el cambio. Hoy se habla de los indignados, yo le pondría en Chile, el movimiento de los «Choreados o Cabreados» o simplemente a los que les «cayo la teja» al ver que los mismos que campaña tras campaña, entre cajones familiares y bingos, pedían una oportunidad sin perder la ocasión de denostar al adversario político, mostrando una soberbia y arrogancia que hoy les pasa la cuenta. Un última frase…. Al igual que el futbol cuando en la política (ya sea desde el gobierno o la oposición) se juega a empatar, siempre se termina perdiendo y el hincha, en este caso la gente es la que se “Chorea”…

  2. Claudio Espinosa dice:

    Estimado, se que probablemente por razones de espacio no logró explayarse de los cambios profundos y estructurales que se dieron durante la dictadura, hoy lo q