Edición Cero

Salvador Muñoz, Cientista Político y Presidente del Partido de Izquierda PAIZ ElMostraodr.- En Chile el abuso se practica de forma reiterada y cada vez más... Johnson’s y la ley del embudo

Salvador Muñoz, Cientista Político y Presidente del Partido de Izquierda PAIZ

ElMostraodr.- En Chile el abuso se practica de forma reiterada y cada vez más impúdica. Si la colusión de las farmacias y luego de las fábricas de “pollos” es la marca de fábrica de nuestro “libre mercado”, la estafa a un millón de chilenos por parte de La Polar es su capítulo “marketing”, mientras los conflictos de interés de ministros, subsecretarios y el Presidente, y los aumentos de sueldos de los parlamentarios, hacen oficio de remuneración al mérito de los administradores del modelo.

Los abusos de quienes detentan el poder político y económico en Chile van acompañados del deterioro de las condiciones de vida de la inmensa mayoría. Chile es un país bipolar: de un lado, un puñado de privilegiados figura en los rankings mundiales de las grandes fortunas, del otro, millones se endeudan gravemente para acceder a los servicios más elementales: vivienda, salud, educación, transporte, agua, energía.

Peor aún, al culminar su vida laboral, chilenos y chilenas reciben una pensión indigente, tan miserable como fabuloso es el pillaje que operan las AFPs sobre los dineros de los cotizantes. La mejor prueba de lo que afirmo la dio el propio Piñera el 21 de mayo al anunciar un “bono solidario alimentario”. Esa limosna no tiene otra justificación que la verdad insoportable: con lo que ganan, ocho millones de chilenos no se alimentan adecuadamente. Para algunos la copia feliz del edén, para otros un infierno cotidiano

En el curso del primer trimestre las AFPs aumentaron sus utilidades en un 48% respecto del mismo período de 2011, mientras que los fondos que administran -los nuestros-, rentaron un 3,72%. Las cuentas no cuadran.

Ahora, el Sistema de Impuestos Internos (SII) informa que le condonó una millonaria deuda impositiva a la multitienda Johnson’s de propiedad del grupo Calderón, familia cuya fortuna la sitúa en el décimo segundo puesto de los grupos económicos más ricos del país.

El mal llamado gasto fiscal —10 mil millones de dólares de exoneraciones de impuestos al riquerío inscritas en los presupuestos del Estado aprobados por el Parlamento—, ya no basta. Ahora hay que premiar a quienes ni siquiera cumplen con sus obligaciones tributarias. Y de paso, con este regalo impositivo, facilitarle a otra familia, los Paulmann, comprar la multitienda Johnson’s. Nada personal… sólo negocios. Bello precedente para los empresarios que le deben dinero al Estado.

La venta del 85% de Johnson’s se efectuó al precio de US$ 100 millones. Contando el 15% que conserva el grupo Calderón, se constata que los activos de Johnson’s eran más que suficientes para cancelar el total de las deudas contraídas con el Estado. ¿Por qué el SII no hizo lo mismo que hace con todos los ciudadanos morosos y no incautó sus activos? Si un ciudadano común y corriente no paga sus contribuciones, ¿no se remata su bien raíz? Pasa que Chile no es una república de ciudadanos, sino un almácigo de grandes empresarios. El SII los riega y los cuida.

Las leyes y los deberes son para los débiles y vulnerables, mientras el Estado interviene en la economía sólo para favorecer a los poderosos. Si en Chile nunca se condonó más del 50% de las deudas impositivas de las personas, el perdonazo que favorece a Johnson’s cubre el 99% de su deuda. ¡Qué generosidad!

Mundos Opuestos: esa es la conclusión que sacan los estudiantes. Mientras el Estado arregla las deudas de la familia Calderón para facilitar sus negocios con la familia Paulmann, hay más de 106 mil familias endeudadas por el Crédito CORFO, algunas de las cuales están siendo embargadas y sus casas rematadas. Cientos de miles de jóvenes y sus familias están endeudados por haberse dado el lujo de estudiar. ¿Por qué no se aplica el mismo criterio que se utilizó con Johnson’s para condenarles sus deudas?

El mandamás del SII justifica este escándalo aduciendo que no fue una condonación de deuda en sentido estricto, sino sólo de multas e intereses. Bien. Que de ahora en adelante le aplique el mismo criterio a todas las familias endeudadas con créditos financieros destinados a pagar la educación superior de sus hijos. Copia feliz del edén para todos, o para ninguno. Dura lex sed lex.

Lamentablemente en Chile predomina la ley del embudo.

Los comentarios están cerrados.