Edición Cero

Guillermo Jorquera Morales, ex director de teatro “¿Por qué me quedé aquí,  empampado de tiempo y soledad, en este inmenso océano de sal sin... A cámara abierta

Guillermo Jorquera Morales, ex director de teatro

“¿Por qué me quedé aquí,  empampado de tiempo y soledad, en este inmenso océano de sal sin orillas que es la pampa nortina?…

-Sí, debo decirlo y repetirlo, una y otra vez, hasta el infinito si es necesario…Por qué me quedé aquí cuando todos se fueron?… Esa y no otra es la gran pregunta… ¿qué razones me llevaron a permanecer acá,  cuando esta salitrera, como tantas otras, paralizó a fines de los cincuenta?…

-Y es bueno que ustedes lo sepan, ya que han venido hasta aquí a visitar lo que queda del campamento. Vienen, es cierto, con un poco de curiosidad, con algo de recelo también, porque la soledad y el sol pesan demasiado en este desierto, sobre todo ahora que ya es mediodía. Les contaré de primera mano lo que aquí ocurrió (y todavía ocurre); les diré la verdad, sin ocultar los hechos, sin disfrazar situaciones ni alterar circunstancias, lo que pasó, pasó…”

Este texto es un extracto de un cuento que se llama “Quémame los ojos”, escrito por Julio Cámara Cortés, y que he tenido la suerte de leer.

Allí, con el pretexto de un hecho trágico ocurrido en la oficina salitrera, cuna de su niñez, él se descubre, y a cámara abierta, nos deja claro y transparente que es pampino, de la Oficina Santiago Humberstone, nos da a conocer su origen, su infancia, sus penas y alegrías, no solamente las de él, sino de toda la gente de la pampa; sus vivencias, pero sobre todo su latido social, histórico y ancestral. Nos cuenta todo esto valiéndose de la canción popular; los boleros, los valses, los tangos, y a sus ritmos nos pasea por la plaza, el teatro-biógrafo, el mercado, la botica, la iglesia y la piscina; locación ésta que es el centro de su historia y de su cuento, ¿cuento?. Lo cierto es que más que un cuento, es un relato verdad; el motivo central, es la muerte accidental de un niño en la piscina de la salitrera, muerte que precede al cierre definitivo de las oficinas en la pampa, y todos, irremediablemente deben irse, abandonar sus casas, sus trabajos, su suelo, sus recuerdos, su vida toda, como morirse un poco.

Pero este niño de la piscina, de muerte temprana, no se quiere ir, se queda esperando el regreso, de los calicheros, del humo de las chimeneas, de la algarabía diaria, el regreso a la vida.

Esta mirada abierta, caracteriza el actuar fundamental de Julio, él es conocido en la comuna como un ex CORE, que postuló democráticamente en las elecciones pasadas, pero el maquiavélico sistema binominal, lo dejó afuera. Hoy es Consejero Regional de Cultura de Tarapacá, cargo al que debe ser postulado por una entidad cultural, debidamente certificada, de la región, y  que se ejerce Ad Honorem.

Hoy nuevamente está en campaña para ocupar un sillón en el próximo Consejo Regional de Tarapacá, CORE; y con su cámara abierta, enfrenta este nuevo desafío…

Ya he comentado que le conocí trabajando en el Gobierno Regional el año 2005, año en que se produjo el primer paso del Gobierno Regional para hacerse cargo del tema cultural con una mayor estructura, al crearse en el CORE una Comisión Especial de Cultura, comisión que lideró mientras estuvo en el cargo. (2005-2013).

A partir de ese año, una glosa presupuestaria de la Ley, permite a los gobiernos regionales del país, utilizar hasta el 1%, (2006 subió al 2%) del FNDR para utilizarlos en temas culturales; siempre que el CORE, tomé el acuerdo de hacer uso de la mencionada glosa.

Ya no solo sería un profesional idóneo en el tema, el que atendería esta misión de los gobiernos regionales, el que con escasos recursos, logrados a través del FNDR tradicional, desarrollaba su función. Largo y angustiante proceso.

Empecé a conocerle mejor, aunque aún no he terminado de sorprenderme por algunos aspectos de su vida; dura vida para consolidar un pensamiento caminado a la vera del arte y la cultura, mirada y vivida desde la perspectiva del obrero, del hombre común, del sindicalista, del poblador, de los que mayores dificultades tienen para acceder a los bienes culturales.

Con la experiencia anterior se ha dado cuenta que no basta con abanderarse en un solo tema, que su inquietud lo obliga dar a conocer su latido social, histórico y el drama diario que vive la gente en general, por eso ha enfrentado esta campaña dando a conocer, a través de los medios escritos y sociales, sus visiones con respecto al cómo mejorar lo que ya existe. Le hemos leído columnas semanales en el diario El Longino, y en el diario digital Edición Cero, temas contingentes relacionados con sus inquietudes y de su sabiduría para enfrentarlos, valiosa es su columna sobre el qué es, y qué puede hacer un CORE, desde su posición y reales facultades que tiene.

Mientras fue Consejero Regional, Julio Cámara siempre levantó la mano, por los proyectos de los artistas, gestores culturales, juntas de vecinos y organizaciones comunitarias de la región, y no solamente del Fondo de Cultura, sino también levantó la mano por proyectos culturales que fueron al FNDR Tradicional, como, el hoy, lamentable caso de la Orquesta Regional de Tarapacá.

En la elección pasada, para retribuir esa sensibilidad del consejero, algunos referentes culturales de la comuna levantamos la mano por él, ojalá que en esta ocasión, después de la experiencia de los últimos 4 años, estas manos alzadas se multipliquen.

Una respuesta a “A cámara abierta”

  1. patricia caravjal dice:

    Querido Guillermo Jorquera – como cantaba la gran Lola Flores-
    siempre a la verita tuya, a la verita tuya 🙂
    Ayer, hoy, mañana y siempre
    eternamente a tu vera,
    eternamente a tu vera.