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Leila Nash no ha cesado nunca, junto a su madre Ana Sáez, de buscar justicia y verdad por el fusilamiento de Michel, su hermano,... Leila Nash: El orgullo de una hermana y el dolor por fusilamiento del joven Soldado

LEILA NASHLeila Nash no ha cesado nunca, junto a su madre Ana Sáez, de buscar justicia y verdad por el fusilamiento de Michel, su hermano, el joven soldado que sin pensarlo se transformó en un héroe, por tomar una decisión crucial, quizás, en el momento más difícil de su corta vida. Ambas estuvieron en Pisagua participando del homenaje que recibieron los ejecutados políticos, allí, en torno a la fosa clandestina, donde aparecieron una veintena de restos de prisioneros… pero no el de su ser querido.

“Al llegar acá a Pisagua,  se siente mucho dolor, mucho impacto. Cuando va por el cerro y ver abajo el mar, esa franjita de tierra y llegar a la fosa, es un  impacto emuy, muy grande. Y uno se va preguntando cómo fue posible llegar a ese punto en esa época, haber transcurrido 40 años, y sentir el dolor de no haber encontrado justicia.  Sentir que a tu hermano lo mataron y que además, su cuerpo lo hicieron desaparecer”.

En ese estado emocional, Leila junto a su madre, llegan a Pisagua. Compartiendo sentimientos encontrados de orgullo y de dolor; dolor por la muerte horrible que encontró Michael y orgullo, porque con sólo 18 años, fue capaz de morir por sus convicciones, negándose, en su calidad de soldado conscripto, de empuñar un arma contra sus compatriotas.

 

M rosEl relato hablado, señala que en ese mismo momento, su superior en el regimiento Granaderos, lo despojó de su uniforme de soldado y pasó a ser un detenido político más.  En Pisagua se perdió su rastro. La versión oficial fue que junto a otros 5 detenidos, se les aplicó la ley de fuga, versión que  años más tarde desbarató la Comisión Rettig. El cuerpo de Michel Nash nunca apareció.

“Qué daño podría hacer un cuerpo. Qué les  costaba entregarlo”, se pregunta hoy su hermana. Y recuerda que fue el propio Comandante en Jefe de la zona, general Carlos, Forestier, ya fallecido “que dijo que era un peligro para el país entregar el cuerpo de mi hermano, ¿Qué peligro puede representar un cuerpo que ya no se puede mover? ¡si ya lo mataron!”.

Con el paso de los años, Leila, como tantos otros familiares, no renuncian a la demanda de verdad y justicia. Sin embargo se desdibuja cada vez más, la esperanza de encontrar los cuerpos.

“Con los testimonios horrendos que nos han dado, de lo que probablemente le hicieron a los cuerpos, de los que sacaron de la fosa, donde está mi hermano, otros más y un grupo del Partido Socialista, probablemente hicieron desaparecer los cuerpos”, señala apesadumbrada.

Hay que recordar que después del hallazgo de los cuerpos de presos políticos en los hornos de Lonquén,  en los entierros clandestinos que había en el país, se habría aplicado la operación “retiro de televioires”, con el objetivo de eliminar los vestigios de los crímenes y asesinatos.

Pisagua no fue la excepción. En la investigación judicial que se lleva a cabo, contra Pinochet y otros,  no se descarta la tesis de una segunda fosa clandestina, que tras el caso Lonquén, fue reabierta y los cuerpos de los ejecutados, hechos desaparecer, primero quemados y luego lanzados al mar, de modo de no dejar rastros, para las investigaciones que se vendrían.

Y con todo ese dolor a cuestas, las familias deben continuar con sus vidas. Y desarrollarlas con un compromiso, pero también, dentro de la normalidad.

Relata Leila: “La vida después de este episodio no es fácil, es como una dicotomía total, porque las personas crecen, armas sus vidas, tiene hijos, se enamoran, se desamoran. De repente todo eso, compaginarlo, con la persona que tenías a tu lado, que era tu hermano, con el que jugabas en la niñez y cuando ya era casi un hombre, ya no está. Y eso te va marcando toda la vida”.

Hoy la familia de Michel Nash está orgullosa porque su muerte no fue en vano y porque las nuevas generaciones, ven en él un ejemplo a seguir… Un héroe anónimo para la historia oficial.

“Hay brigadas con su nombre, hay un reconocimiento a su legado, Por eso te alegras, pero también tienes el profundo dolor porque ya no está. Michel era muy claro, era un líder innato, tenía muy fuerte sus ideales. Era un joven formado con convicciones, con fuerza… El era así y nosotros como familia lo vimos trabajar con entusiasmo y fuerza, incluso lo seguían personas adultas. Y hoy acá vemos su legado. Eso nos llega de orgullo”.

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