Edición Cero

Por Arturo Alejandro Muñoz ¡A ver , a ver! Pongamos las cosas en su lugar y en su justa dimensión. Eso de que algunas... Zapatero a tus zapatos

ArturoAlejandroMunozPor Arturo Alejandro Muñoz

¡A ver , a ver! Pongamos las cosas en su lugar y en su justa dimensión. Eso de que algunas instituciones ‘que funcionan’ lo hagan mediante jefaturas que en absoluto se condicen con la esencia del ser, la razón de ser de la respectiva organización (fiscal o privada), me parece –a lo menos– discutible.

Soy consciente de que no es necesario tener experiencia como prostituta para realizar una investigación de los burdeles, ni tampoco es imprescindible ser economista para decir boludeces en la TV. Si hubiese que saber algo del asunto que le encargan a uno… Nicolás Eyzaguirre… No sé si me explico… Tampoco se requiere ser doctorado en literatura latinoamericana para comprender lo que digo en esta nota: basta con saber leer algo más que los memes.

No obstante es difícil imaginar, en el mundo privado de las empresas ídem, que un negocio sea conducido por alguien que no “cache una” del objeto prioritario y fundamental del boliche.

¿Un profesor de Filosofía dirigiendo una Financiera? ¿Una kinesióloga administrando una fábrica de colchones? ¿Un pastor evangélico o un cura católico regentando un burdel? No es imposible, pero es poco probable.

Sin embargo, cuando la política se entromete en todos los asuntos, esos mismos “todos los asuntos” pueden aceptar (no sé si de buena gana) que cualquier elemento disfuncional, ignorante del tema o incompatible con él, sea nombrado jefe, director, gerente o presidente del mismo.

Veamos ejemplos concretos. Para administrar una cárcel se requiere –digo yo– conocer algo (aunque sea el mínimo minimorum) de la cuestión: las leyes, algo de psicología, el coa, la brutalidad de los huéspedes de las celdas…

¿El coa no? ¿Y cómo va a ‘cachar’ el director lo que sus internos están pensando, exigiendo, haciendo y preparando? Si no lo sabe, será “un chisporro, juanito de los que manejan las ñoncas pajeras, pero no es locu ni pa’mandar tololos” (en castellano: “será un novato ahuevonado de aquellos que manejan escopetas semi automáticas y no será capaz siquiera de dirigir a gendarmes recién egresados”). ¿Veis? No es cosa de llegar y sentarse en la silla del alcaide.

Tampoco es recomendable insistir en la costumbre judeo-cristiana de nominar dueñas de casa, beatas y culos benditos a cargo del Servicio Nacional de la Mujer, menos aún en esta época en la que las féminas beben, fuman, sniffan, van al fútbol (y lo juegan), deciden con quién se acuestan (o qué mino “se van a comer”) el fin de semana, a qué lugar del extranjero o del país irán de vacaciones (y con quién) el próximo verano, etc., etc.

Definitivamente, ‘minas’ con telarañas en el chocho y rosarios en las tetas, no califican para el cargo… pero el establishment –porfiado en el error– insiste en perder tiempo, recursos y prestigio en estas materias… y lo hace, simple y llanamente, porque a “estas” materias le asigna una relevancia de nivel cercano al cero.

¿Que no? Bah… recuerde cuando el gobierno del especulador financiero Sebastián Piñera designó en el SERNAM a una decimonónica beata de apellido Ossandón que –en menos de lo que se tarda en rezar un dios te salve María– puso en el antejardín del establecimiento fiscal la imagen de…. ¡una virgen!

La misma que luego aseguró que su sueldo era ‘reguleque’. Culo bendito, de acuerdo, pero no weona. Curiosamente, a pesar de que Piñera invocaba al pulento un día sí y el otro también, aquel prodigio de pudibundería duró en el cargo menos de lo que dura la castidad de un cura.

Por eso, hablando del SERNAM, paréceme oportuno que algún gobierno (en especial si posa de moderno y democrático) coloque al frente de la principal institución pública dedicada a los asuntos femeninos a una hembra bien bragada, una que conozca la realidad, las necesidades y carencias de la mujer chilena.

Propongo, y lo digo en serio, designar directora del SERNAM a una mina que labure como escort, que tenga hijos en plan madre soltera, los mantenga y los críe con el sudor del entrepiernas, y posea además experiencia en pleitos judiciales relativos a pensiones alimenticias y similares. Una mujer de esas características conoce sin duda, y a fondo, los sentimientos y necesidades de nuestras madres coraje.

Dicho de otro modo, zapatero a tus zapatos, que el cura ore y el campesino are.

Y cuando un gobierno requiera de un hijo de puta que carezca de moral para representarlo en foros internacionales… aquí estoy… dispuesto a sacrificarme por la patria. Para eso soy bueno, incluso muy bueno. ¿Usted también? Entonces, envíe su curriculum vitae a la Cancillería y compita conmigo.

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