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 Guillermo Jorquera Morales/ Ex Director Teatral del TIUN-TENOR  La mejor crítica que puede obtener una obra de teatro es el respaldo del público, contra... “Niño de Escritorio”: En busca de la felicidad

guillermo jorquera columna Guillermo Jorquera Morales/ Ex Director Teatral del TIUN-TENOR 

La mejor crítica que puede obtener una obra de teatro es el respaldo del público, contra eso no hay otra opinión más válida. Digo esto, porque no es común que el público – niños, jóvenes y adultos – llegue una hora antes del inicio del espectáculo y ordenada y pacientemente espere que se abran las puertas de la sala, a la que ingresa por orden de llegada, este fenómeno, no sólo se repitió en las últimas funciones, sino que fue una reacción en cadena que la opinión del público esparció desde el estreno de la obra.

Y la obra es grata de ver, novedosa, innovadora y lúdica, su mensaje está dirigido preferentemente para adultos -los padres- sin embargo está jugada como un cuento para niños, en un dispositivo escénico limpio, y aunque el escenario es pequeño, se ve muy amplio, con misteriosas paredes que de repente se abren para sorprender al personaje y al  público, pero que también rápidamente retoman su rigidez aparente.

Pero además tiene un diseño multimedial, que transforma el espacio, al requerimiento de la dramaturgia, proyectando diferentes locaciones que trasladan al público lugares y situaciones impensadas. Por fin la tecnología ha venido a solucionar el grave problema de los teatristas, para trasladar sus escenografías a diferentes salas, y participar – a menos costo – en festivales y giras necesarias para crecer artísticamente.

La iluminación va de la mano con la historia y con esta propuesta multimedial, incluso es influyente y protagonista desde que el público empieza a sentarse en sus butacas, todo es en penumbra, pero acompañada con cantos y una voz que tranquilizan y ayudan a ver, con todos los sentidos, los diferentes lugares donde se producirá la magia teatral.

Ya está dicho la obra comienza con cantos y música, creada especialmente para la obra, sonidos que inducen a la tranquilidad y preparan al público para adentrarse en la historia, estos cantos y voz  están presentes durante toda la obra, acompaña las acciones que suceden en el escenario, es una especie de coro griego, con la salvedad que es sólo una actriz la que realiza esta acción, y que se hace parte de ella, reaccionando vívidamente con las emociones que van apareciendo desde los personajes que están jugando en el escenario.

Akana Teatro es un proyecto integral y familiar, la dramaturgia y dirección son de Andrea Pizarro, (también es la encargada de “el coro griego”), Eduardo González, es un actor que producción a producción eleva su nivel de actuación en forma elogiable (un padre ogro y un perro angelical), además es el creador del diseño multimedial, actúa también María Nievas que construye  personajes difíciles pero bien logrados – destacando una madre moderna y una jovencita que nos muestra vivencias futuras (¿mejor?, ¿peor?) y el personaje del niño “Máximo”, Cristián Cáceres, es realmente una interpretación notable, como de niño de cuentos.

Música en vivo, vestuario, máscaras y utilería son productos de los talleres de Akana Teatro, que para los estrenos, se ponen a disposición de la producción.

El superobjetivo de la obra es “despertar conciencia”, apuntando a la “soledad feliz” que viven los niños en el mundo actual, donde su único amigo es su celular o el aparato digital de moda para conectarse con el mundo, con sus amigos, con sus padres. Pero también despertar  conciencia de los padres que han asumido que la felicidad del niño viene dentro de un Iphone, convirtiendo todo en una incomunicación emocional, que sólo logra “soledades infelices” de ambas partes.

Todo esto llega al público en una forma lúdica, entretenida, éste no se aburre y la mejor prueba de aquello es que los niños, que han ido acompañando a sus padres, se instalan sentados en el suelo al borde del escenario y de allí no se mueven, viven la historia, se sienten como dentro de la magia propuesta, ojalá que esos cincuenta o sesenta minutos les sea útil para salir a la calle -junto a sus padres- en busca de la felicidad, la felicidad…

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