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Por Anyelina Rojas V.- En plena dictadura militar, el empresario Carlos Cardoen se inició en un negocio impensado para los chilenos, en aquellos años:... A 29 años de la tragedia de Cardoen que dejó un saldo de 29 jóvenes trabajadores muertos
portada estrella iquique 25 de enero

Portada Diario La Estrella

Por Anyelina Rojas V.- En plena dictadura militar, el empresario Carlos Cardoen se inició en un negocio impensado para los chilenos, en aquellos años: el negocio armamentista, que le retribuyó con millones de utilidades y que 8 años más tarde, cobró la vida de 29 jóvenes iquiqueños, dejando a madres sin hijos, a esposas sin sus compañeros y a hijos sin su padre. Una tremenda tragedia. Los dolorosos e inolvidable hechos ocurrieron la mañana del sábado 25 de enero de 1986… hace 29 años.

Carlos Cardoen partió fabricando explosivos dirigidos a la minería, pero derivó a la industria armamentista, lo que fue posible por algunos factores. Por ejemplo, la dictadura y los conflictos de Chile con Argentina.

En los 8 años que su industria estuvo en el apogeo, fabricó las bombas de racimo, que luego iban a parar al medio oriente, abasteciendo a Irak y con la venia del gobierno norteamericano.  El mismo que años más tarde, en la Guerra del Golfo, acusara a Cardoen de violar el embargo de armas decretado por Estados Unidos.

En Iquique, que se sabía de una gran industria, que daba trabajo a jóvenes iquiqueños, poco o nada se sabía, en realidad, sobre de qué se trataba. El cerco comunicacional y las restricciones a la libertad de expresión impuesta por la dictadura de Pinochet, no permitía saber más que lo que se informaba desde esta industria poderosa que generó grandes utilidades. Y cuando se hablaba de industria bélica y de bombas de racimo, por alguna filtración que rompía el círculo de la censura, no era más que un “mito urbano”.

La tragedia y la muerte de los 29 jóvenes, permitió que la verdad saliera a flote, al punto que en la misa fúnebre, el obispo de entonces señaló que la fabricación de armas era un pecado social

 Al inicio de la tragedia, se habló de 4 muertos y 24 desaparecidos. Para el empresario, la causa fue un sabatoje, mientras que cundían los rumores y se hablaba con alguien prendió una radio, generando la explosión; o que los jóvenes jugaban con parte de las bombas. Finalmente la verdad nunca se supo, pero la precariedad laboral, las condiciones inseguras de una industria de altísimo riesgo, son factores determinantes.

 Lo que Cardoen, declaro aquel día fue: “Hoy sábado 26 de enero de 1986, siendo las 10.30 horas aproximadamente se produjo una explosión en la sección de armado de submunición de la planta de Alto Hospicio. Como consecuencia de lo anterior, perdieron la vida cuatro trabajadores y se encuentran desaparecidos 24, hay 9 heridos de los cuales dos fueron derivados al hospital y el resto a sus casas”.

Hoy, Carlos Cardoen sigue siendo un exitoso empresario, participando participado en diversas industrias vinculadas todas en torno a Santa Cruz, su ciudad natal. Fruta, vino, fósforo, etc.

También derivó al mundo de la cultura. En su zona natal mantiene el museo de Colchagua. En la web http://www.museocolchagua.cl/somos.html  declara:

 “El Museo de Colchagua es el producto es el producto de mi interés por compartir con los demás los objetos y el conocimiento adquirido a través de mi vida sobre temas apasionantes de nuestros orígenes como seres humanos, como sudamericanos y como chilenos…”

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